Planificación del proyecto: Desarrollar un plan detallado de las actividades de la obra, ajustándose al cronograma y al presupuesto establecido.
Gestión de recursos: Supervisar la asignación y uso eficiente de materiales, maquinaria y personal.
Coordinación de equipos: Dirigir y organizar a los trabajadores, así como colaborar con otros profesionales como arquitectos, ingenieros y contratistas.
Supervisión técnica: Asegurar que los trabajos se realicen según los planos, especificaciones técnicas y estándares de calidad requeridos.
Control del presupuesto: Monitorear los costos de la obra y garantizar que se mantengan dentro del presupuesto, tomando medidas correctivas si es necesario.
Cumplimiento de normativas: Asegurarse de que todos los aspectos del proyecto cumplan con las leyes, reglamentos y normas de seguridad y salud aplicables.
Gestión de incidencias: Resolver problemas o imprevistos que puedan surgir durante la ejecución del proyecto.
Comunicación con el cliente: Mantener informado al cliente o promotor del avance del proyecto, gestionando expectativas y reportando resultados.