Las funciones principales del puesto son preparar el área de trabajo antes de empezar, esto incluye organizar el restaurante, acomodar las mesas según las indicaciones y revisar que los saleros y pimenteros estén llenos. Es importante asistir a las reuniones diarias con el uniforme puesto, tener a mano lo necesario como libreta, bolígrafo, abridor, encendedor y, ¡una sonrisa! La buena presencia y el aliento fresco son imprescindibles.
Durante el servicio, hay que recibir a los clientes, ofrecer un servicio de alta calidad en un ambiente agradable, tomar nota de los pedidos e ingresarlos correctamente en el sistema. También es necesario servir las mesas, presentar cada plato, ayudar a los compañeros, asistir al superior y asegurarse de que el desempeño esté siempre a la altura. No hay que olvidar llevar un registro de roturas o desperfectos, limpiar cuando sea necesario e informar al encargado si hay alguna queja.
Al finalizar el servicio, hay que desmontar la sección asignada, completar todas las tareas de cierre y la lista de verificación. Es importante consultar con el superior cualquier comentario sobre el turno y asegurarse de que todo quede limpio y ordenado, además de pulir los cubiertos y vasos.