La función principal es encargarse de la contabilidad de los clientes, lo que implica preparar y presentar las declaraciones fiscales trimestrales. También se incluye el impuesto de sociedades y las declaraciones de IRPF. Es importante la elaboración de las cuentas anuales y su presentación en el Registro Mercantil, asegurando que todo esté conforme a la normativa vigente. Además, la posición requiere gestionar la constitución de nuevas empresas. Esto abarca todos los trámites necesarios para establecer legalmente la empresa, así como la gestión de cualquier tipo de ayuda o subvención que el cliente pueda necesitar para iniciar su actividad. El contrato es indefinido y a jornada completa. El salario anual bruto oscila entre 20000 y 23000 euros.