Un técnico de soporte informático se encarga de solucionar problemas técnicos, desde los más sencillos hasta los más complejos, garantizando que los equipos funcionen correctamente. Esto incluye tareas importantes como el mantenimiento y asegurar que todo siga operando sin interrupciones.
Entre las actividades principales, se encuentra la atención al cliente, el diagnóstico y la solución de problemas con hardware y software. También es necesario instalar y configurar sistemas operativos y programas, así como mantener y configurar equipos como ordenadores, impresoras y dispositivos móviles. Se requiere la actualización de software y la realización de mantenimiento preventivo, además de la gestión de inventario y almacén.
Este rol también implica dar soporte tanto de forma remota como en persona, y apoyar a otros equipos de trabajo. Es importante tener conocimientos en la resolución de incidencias de hardware y software, configuración de redes básicas (como el manejo de IPs y Wi-Fi), y administración de servicios avanzados como MS365. También son útiles los fundamentos de seguridad informática.